Una respuesta al cáncer
Al igual que muchos pacientes y cuidadores en el curso del tratamiento del cáncer, posiblemente usted ya conozca los tratamientos tradicionales, como la quimioterapia y la radioterapia.
La inmunoterapia ofrece varias características importantes de permiten responder más específicamente al cáncer.
La inmunoterapia puede servir para muy diversos tipos de cáncer.
- La inmunoterapia permite que el sistema inmunitario reconozca y actúe sobre las células cancerosas, lo que la convierte en una respuesta universal al cáncer.
- La lista de los tipos de cáncer que actualmente se tratan con inmunoterapia es larga. Consulte la lista completa de inmunoterapias por tipo de cáncer.
- La inmunoterapia ha demostrado eficacia en pacientes con determinados tipos de cáncer resistentes a la quimioterapia y a la radioterapia (p. ej., el melanoma).
La inmunoterapia ofrece la posibilidad de una remisión del cáncer a largo plazo.
- La inmunoterapia puede educar al sistema inmunitario para que recuerde las células cancerosas. Puede que esta «memoria inmunitaria» dé lugar a remisiones más prolongadas.
- En los estudios clínicos sobre la supervivencia general a largo plazo se demostró que las respuestas beneficiosas del tratamiento de inmunoterapia son prolongadas, es decir, pueden mantenerse incluso después de terminado el tratamiento.
Es posible que la inmunoterapia no provoque los mismos efectos secundarios que la quimioterapia y la radioterapia.
- La inmunoterapia se centra en el sistema inmunitario y puede tener un enfoque más específico que los tratamientos convencionales contra el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia.
- Los efectos secundarios varían según cada tratamiento y su interacción con el organismo. Los tratamientos convencionales contra el cáncer tienen el efecto directo de un tratamiento químico o radiológico sobre el cáncer y los tejidos sanos, lo que puede provocar efectos secundarios comunes, como la pérdida de cabello y náuseas.
- Los efectos secundarios de la inmunoterapia pueden variar según el tipo de inmunoterapia que se utilice. Los posibles efectos secundarios se relacionan con la sobreestimulación o un error del sistema inmunitario, y pueden ir desde síntomas leves de inflamación (p. ej., fiebre) hasta afecciones más graves similares a los trastornos autoinmunes.