La inmunoterapia en cáncer de ovario demuestra un enorme potencial para tratar esta devastadora enfermedad, y actualmente se están llevando a cabo varios ensayos clínicos en los que se evalúan nuevos tratamientos.
Muchas veces, el cáncer de ovario avanza mucho antes de que se diagnostique la enfermedad. Esto se debe a que sus síntomas pueden confundirse fácilmente con problemas digestivos menos peligrosos para la vida, como hinchazón, estreñimiento y gases. Solo el 20 % aproximadamente de los cánceres de ovario se detectan antes de su propagación más allá de los ovarios.
El principal factor de riesgo de esta enfermedad son los antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario. El riesgo es significativamente mayor en las mujeres con mutaciones heredadas en los genes BRCA1 o BRCA2: del 45 al 65 % de desarrollar cáncer de mama y del 10 al 20 % de desarrollar cáncer de ovario a los 70 años. A los 40 años es cuando las mujeres corren el mayor riesgo.
Se estima que cada año se diagnostica cáncer de ovario a 300.000 personas en todo el mundo y a 21.000 en los Estados Unidos, y causa unas 180.000 muertes a nivel mundial y 14.000 en los Estados Unidos, donde es la principal causa de muerte por cáncer ginecológico.
Si bien se han logrado avances significativos en los tratamientos quirúrgicos y quimioterapéuticos para el cáncer de ovario, los índices de supervivencia solo aumentaron modestamente. Las bajas tasas de supervivencia del cáncer de ovario en etapa avanzada se deben tanto al diagnóstico tardío como a la falta de un tratamiento de segunda línea eficaz para quienes sufren una recaída. Muchas mujeres afectadas por cáncer de ovario en etapa avanzada responden a la quimioterapia, pero los efectos no suelen ser duraderos. El desarrollo clínico de las pacientes con cáncer de ovario está marcado por períodos de remisión y recaída que se acortan de manera secuencial hasta que se genera resistencia a la quimioterapia. Más del 80 % de las pacientes tiene recurrencia de la enfermedad, y más del 50 % muere en menos de cinco años tras el diagnóstico.
Existe una necesidad urgente de nuevos tratamientos para el cáncer de ovario recurrente en etapa avanzada.
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El tratamiento de primera línea para el cáncer de ovario consiste en cirugía, seguida de un régimen de quimioterapia que combine un tratamiento con platino (generalmente carboplatino) y otro con taxano (generalmente paclitaxel). La respuesta a este plan de tratamiento es total en aproximadamente el 80 % de las pacientes. La respuesta es total cuando no hay evidencia visible de la enfermedad en las exploraciones de imagen y los análisis de sangre son normales.
Las pacientes que al principio responden al tratamiento, pero luego recaen tras un período de seis meses o más, pueden someterse al mismo tratamiento. Cuando la paciente evoluciona durante el tratamiento de primera línea o sufre una recaída dentro de los seis meses siguientes al tratamiento eficaz de primera línea, se lo considera resistente o inmune a los tratamientos con platino. Para estas pacientes existen varias opciones de quimioterapia, aunque todas han demostrado un beneficio mínimo.
La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que aprovecha el sistema inmunitario del paciente para ayudar a eliminar las células cancerosas. Actualmente hay tres opciones de inmunoterapia aprobadas por la FDA para el cáncer de ovario.
Anticuerpos dirigidos
- Bevacizumab (Avastin®): anticuerpo monoclonal dirigido a la vía VEGF/VEGFR, que inhibe el crecimiento de los vasos sanguíneos tumorales; aprobado para subgrupos de pacientes con cáncer de ovario en etapa avanzada
Inmunomoduladores
- Dostarlimab (Jemperli): un inhibidor del punto de control que se dirige a la vía PD-1 / PD-L1; aprobado para subconjuntos de pacientes con cáncer de ovario avanzado que tiene deficiencia de reparación de errores de emparejamiento del ADN (dMMR)
- Pembrolizumab (Keytruda®): un inhibidor del punto de control que se dirige a la vía PD-1 / PD-L1; aprobado para subconjuntos de pacientes con cáncer de ovario avanzado que tiene alta inestabilidad de microsatélites (MSI-H), deficiencia de reparación de errores de emparejamiento del ADN (dMMR) o alta carga mutacional tumoral (TMB-H)
En general, las mujeres con tumores en etapa 1 (para quienes la supervivencia es superior al 95 % tras una cirugía completa) no necesitan considerar la participación en ensayos clínicos. Las pacientes con cáncer de ovario recurrente y resistente al platino, o en todos los estadios del cáncer de ovario posteriores a la etapa o grado 1, deberían considerar la posibilidad de participar en ensayos clínicos de inmunoterapia.
Encuentre un ensayo clínico de cáncer de ovario
Desde 1985, el CRI ha destinado más de USD 21 millones para descubrir y desarrollar inmunoterapias eficaces para tratar el cáncer de ovario. Los científicos financiados por el CRI han demostrado que la presencia de linfocitos T del sistema inmunitario en los tumores de ovario está fuertemente relacionada con una mayor supervivencia de estas pacientes.
Los resultados de las investigaciones de los principales inmunólogos siguen demostrando las posibilidades y lo prometedor del futuro del tratamiento basado en la respuesta inmunitaria para las pacientes con cáncer de ovario, lo que aporta esperanza y optimismo de que existan más tratamientos que salven vidas para esta temible enfermedad.
- El Dr. George Coukos, Ph. D., miembro de la red de ensayos clínicos del CRI y profesor del Hospital Universitario de Lausana, Suiza, dirige un ensayo de fase I/II de durvalumab (IMFINZI®, Medimmune/Astrazeneca), que es un inhibidor de puntos de control con anti-PD-L1, y motolimod, un agonista del receptor 8 de tipo Toll, para pacientes con cáncer de ovario, peritoneal o de trompas de Falopio recurrente y resistente al platino, para quienes está indicada la doxorrubicina.
- El Dr. Dmitriy Zamarin, Ph. D., del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, y el Dr. Kunle Odunsi, Ph. D. , miembro del Consejo Asesor Científico del CRI, subdirector del Roswell Park Comprehensive Cancer Center, llevan adelante un ensayo de fase I/II (NCT02963831) que combina un virus oncolítico y un inhibidor de puntos de control con un anticuerpo anti-PD-1 en pacientes con cáncer avanzado de apéndice, colorrectal y de ovario.
- Según un estudio realizado por el Dr. Kunle Odunsi, Ph. D., investigador del CRI en el Roswell Park Comprehensive Cancer Center, en los pacientes en la primera remisión tratados con la vacuna NY-ESO-1, la mediana de tiempo de evolución fue de 21 meses con respecto al promedio histórico de 16 meses.
- David Lampi Hermanson, Ph. D., nuevo becario de posdoctorado del CRI en la Universidad de Minnesota, produjo linfocitos citolíticos naturales a partir de células madre, introduciendo un receptor de antígeno quimérico (CAR) capaz de reconocer la mesotelina, una proteína que se expresa en el 70 % de las pacientes con cáncer de ovario.
- Juan R. Cubillos-Ruiz, Ph. D., exbecario de posdoctorado del CRI e investigador del programa CLIP del CRI en Weill Cornell Medical College, descubrió la proteína XBP1 que podría constituir un blanco muy prometedor para las inmunoterapias que buscan incrementar la respuesta inmunitaria preexistente contra el cáncer de ovario. Más recientemente, el Dr. Cubillos-Ruiz demostró la manera en que el estrés del retículo endoplasmático puede contribuir a la supresión de la respuesta inmunitaria frente al cáncer de ovario.
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