Avances en la inmunoterapia para el cáncer de cerebro
El bloqueo de los puntos de control está comenzando a beneficiar a pacientes que padecen cáncer de pulmón, linfoma, cáncer de riñón y otros tipos de cáncer. Esperemos que pronto se sume a esta lista el glioblastoma.
En los Estados Unidos, el cáncer de cerebro representa 1 de cada 100 diagnósticos de cáncer. Si bien se han logrado avances significativos en los conocimientos de los aspectos biológicos del cáncer de cerebro, así como en el diagnóstico, los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes con la enfermedad, la tasa de mortalidad del cáncer cerebral se ha mantenido estable durante más de 30 años. En el caso del glioblastoma, la forma más peligrosa y de mayor malignidad de cáncer de cerebro, menos del 10 por ciento de los pacientes sobreviven más de 5 años. El Dr. David A. Reardon quiere cambiar esta realidad.
El Dr. Reardon es actualmente el director clínico del Centro de Neurooncología del Instituto del Cáncer Dana-Farber en Boston, Massachusetts, y anteriormente se desempeñó como subdirector adjunto del Centro de Tumores Cerebrales Preston Robert Tisch del Centro Médico de la Universidad de Duke. Su investigación consiste en el uso de ensayos clínicos innovadores para mejorar las tasas de curación en pacientes con cáncer de cerebro y columna, con un enfoque particular en las inmunoterapias. Es el investigador principal de un ensayo del Clinical Accelerator del CRI, para el que se está reclutando a 84 pacientes con glioblastoma. Hablamos con Reardon sobre la inmunoterapia y lo que supone ejercer la medicina hoy en día con las nuevas opciones de tratamiento.
CRI: ¿Cuándo se empezó a interesar en la inmunoterapia?
Dr. Reardon: Con los tratamientos de inmunoterapia que ayudé a desarrollar mientras estaba en Duke tuvimos una cantidad prometedora de pacientes con cáncer de cerebro que sobrevivieron dos, tres o cuatro años. Esos resultados fueron extraordinarios en mi experiencia con esta enfermedad. Lo que también me impresionó fue lo bien que se sentían los pacientes. No estaban agotados por la quimioterapia ni tenían todos los efectos secundarios típicos que sufren tantos de nuestros pacientes. Los pacientes que recibieron tratamientos de inmunoterapia tenían un aspecto estupendo.
CRI: ¿Qué le hizo elegir el cáncer de cerebro como especialidad?
Dr. Reardon: El glioblastoma es la neoplasia maligna del cerebro más frecuente en pacientes adultos y uno de los principales problemas oncológicos sin resolver en la actualidad. El tratamiento actual es terriblemente insuficiente y los resultados en general son bastante malos, a pesar del tratamiento radical con cirugía y radioterapia y quimioterapia tradicionales. Esta es un área de la oncología sumamente compleja y vi una gran oportunidad aquí para colaborar con los adelantos en el campo.
CRI: Usted es el investigador principal de un ensayo clínico del CRI del inhibidor de PD-L1 durvalumab. ¿Qué se está probando en el ensayo?
Dr. Reardon: Este es el primer ensayo clínico en el que se evalúa un inhibidor de PD-L1 para pacientes con cáncer de cerebro. Incluye un espectro de grandes categorías de pacientes con glioblastoma recién diagnosticado y recidivante, y comprenderá tres cohortes. La primera cohorte es para pacientes con glioblastoma recién diagnosticado que recibirán el inhibidor de PD-L1 con radioterapia habitual. La segunda cohorte será para pacientes con enfermedad recidivante que no hayan recibido tratamiento con Avastin®. En el tercer grupo del estudio se evaluará el inhibidor de PD-L1 más Avastin para pacientes con glioblastoma que han sido tratados con Avastin anteriormente.
Durvalumab (MEDI4736)
El inhibidor de puntos de control durvalumab actúa sobre PD-L1, que se expresa en las células cancerosas. El bloqueo de PD-L1 puede permitir la activación de los linfocitos T, además de reclutar otros linfocitos T para atacar el tumor, lo que permite que el propio sistema inmunitario del cuerpo luche contra múltiples tipos de cáncer.
CRI: Si el ensayo cumple sus criterios de valoración, ¿cuál es el paso siguiente?
Dr. Reardon: El siguiente paso es comenzar a incorporar algunos de estos prometedores enfoques de inmunoterapia en tratamientos combinados. Un enfoque simple y único puede aportar ciertos beneficios, pero el cáncer tiene múltiples niveles de protección para resguardarse del sistema inmunitario. Si unimos un par de inmunoterapias diferentes que se complementan entre sí, allí es donde espero que podamos ver un beneficio mucho mayor.
CRI: ¿Cómo ha cambiado la percepción de la inmunoterapia desde que usted se inició en la materia?
Dr. Reardon: Es muy gratificante ver el giro de 180 grados que se ha dado. Durante muchos años, ha habido iniciativas para desarrollar estrategias de inmunoterapia para muchos tipos de cáncer diferentes. Lamentablemente, los resultados fueron decepcionantes y no supusieron ningún beneficio para los pacientes. Todo eso ha evolucionado con la autorización de la FDA de la primera vacuna contra el cáncer, sipuleucel-T, para el cáncer de próstata. Luego siguieron los espectaculares resultados logrados con el bloqueo de los puntos de control inmunitario en el melanoma metastásico. Este fue el primer tratamiento que mostró algún beneficio en la supervivencia de los pacientes en este estadio de la enfermedad. Esos resultados no tenían precedentes y lograron que la comunidad oncológica percibiera el potencial y la posible eficacia de las inmunoterapias. El bloqueo de los puntos de control está comenzando a beneficiar a pacientes que padecen cáncer de pulmón, linfoma, cáncer de riñón y otros tipos de cáncer. Esperemos que pronto el glioblastoma se sume a esta lista.
Publicado originalmente el 4 de agosto de 2015.