¿En qué se diferencia la inmunoterapia de otros tratamientos que pueda haber recibido?
Hay dos diferencias:
Desde el punto de vista físico, el tratamiento tradicional es agresivo. Me preparé para la quimioterapia con un régimen de alimentación, para tratar de eliminar los químicos inmediatamente con agua. Creo que, debido a eso, los efectos de la quimio fueron mínimos.
Sin embargo, los efectos de la radioterapia fueron importantes. Recibí radioterapia en tres lugares (cuello, desde arriba y por debajo de los pulmones) . Tras unas tres semanas, tenía la piel del cuello quemada al punto de estar despellejada. Tampoco podía tragar nada; sentía que la garganta me estaba quemando todo el tiempo. Mi dieta se reducía a Slurpees (sorbetes) y helado. Estaba deshidratada y, en lugar de ingresarme al hospital, me dieron líquidos todas las noches durante más de dos semanas. Tuve que someterme a un tratamiento de reemplazo de piel porque cuando el aire me golpeaba el cuello, me causaba un dolor extremo.
La inmunoterapia no me produjo ninguno de estos efectos secundarios. Solo tuve que estar aislada al principio (me quedé en casa y solo iba a recibir los tratamientos), ya que no se sabía cómo iba a reaccionar mi sistema inmunitario.
En cuanto al impacto en la red de apoyo, cuando se recibe un tratamiento tradicional el grupo de apoyo también pasa por ese tratamiento. Mi hermana voló de Los Ángeles a Orlando durante las semanas que tuve quimioterapia, y mi hermano cambió su horario de trabajo para llevarme todos los días a las sesiones de radioterapia. Con la inmunoterapia, después de los primeros tratamientos ya podía ir sola, recuperé mi independencia.